Foro de Mavea

El déficit de agua y el exceso de calor continuaron esta pasada primavera y el verano. Sin embargo, parece que fue bueno para algunos organismos, como las mariposas (ver fotos). En septiembre confirmamos la migración al sur de Leptotes pirithous (ver foto), algo que ya vimos otros años en este mes, pero no con tanta intensidad como este año.




También hubo un buen número de nacimientos de libélulas (ver foto). Los ácaros que parasitan a los zapateros se extendieron a todas las charcas (ver foto). Una curiosidad de los hormigueros este verano fue la superficie irregular que presentaron (ver foto): las hormigas desocuparon las capas superiores del nido para aislarse del calor.



Entre los anfibios, la salamandra común se dejó ver varias veces (ver foto). Los renacuajos de sapo partero fueron creciendo a lo largo del verano (ver foto). De reptiles, siguen las víboras melánicas por la zona. La lagartija de turbera parece asentada aquí (ver foto).



Los lirones ocupan varias cajas nido (ver foto). Nunca habíamos registrado crías nacidas en agosto, encima dos camadas juntas en la misma caja. De las 3 nuevas cajas que pusimos el pasado invierno, una fue ocupada por herrerillo común (ver foto).


Oro descubrimiento interesante esta temporada fue un nido de abejorros Bombus lapidarius (ver foto). La pena fue que un tejón también descubrió (y zampó) la colonia (ver fotos).




El oso sigue dando frecuentes rastros, tanto huellas como excrementos (ver fotos). El erizo es escaso en el valle, pero este año se dejó ver un par de veces (ver fotos). Los corzos machos destrozaron muchas angélicas y un espádice de la xanzaina frotando los cuernos (ver fotos).






Las escasas lluvias estivales permitieron que apareciesen más setas que el año pasado. Hubo una zona con una decena de Clathrus archeri (ver foto).

Pero este año será recordado por la enorme cantidad de frutos de todo tipo que hay en el monte: hayucos, bellotas, acebos (ver foto), majuelos, serbales (ver foto)… Ya hubo muchos hayucos el año pasado, y así esta primavera nacieron bastantes hayas (ver foto). Este año tocaba vecera; sin embargo en primavera hubo muchísimas flores (ver foto), que presagiaban la buena cosecha de hayucos que vuelve a haber este año.




En primavera planté 30 cerezos y salieron todos (ver foto).

Vimos dos cosas curiosas en plantas: un heléboro con fasciación (crecimiento anómalo provocado por infección bacteriana) y un narciso cerrado antes de tiempo por alojar una tijereta (ver foto).

El pasao otoño vino guapo (ver foto), con un inicio seco, pero luego mejoró la humedad. Aun así, me parece que cada año veo menos setas (ver foto).


Algunas plantas tienen pequeñas floraciones otoñales, pero el pasao año fue la primera vez que lo vimos en acebo (ver foto). Ya había tenido una gran floración primaveral, que derivó en mucho fruto (ver foto).


Entre las castañas que recolectamos, cogimos una que tenía una curiosa flecha (ver foto).

Nevó poco en invierno, pero dejó imágenes chulas (ver fotos). Encontramos un reyezuelo muerto, quizás por frío (ver foto). La nieve nos permitió seguir rastros (ver fotos).






Sin embargo, en enero batimos el récord de temperatura invernal en 5 grados, alcanzando 23,3 ºC. Así, en febrero fue la primera vez que vimos lagartijas en aquellas alturas, tanto una roquera muerta como una serrana ya soleándose (ver fotos). También se activaron varias mariposas (ver foto), incluso algunos osos (ver foto).




En la cabaña tuvimos un ratón que se encariñó de uno de los colchones, haciendo varios nidos en su interior (ver foto). Lo capturamos y traslocamos (ver foto).


Esta temporada fue buena para la puesta de ranas. Aún permanecen algunos renacuajos del año pasao (ver foto). También fue buena para los narcisos, ya que rebasamos los dos mil ejemplares (ver foto).

El suave invierno anterior permitió una mayor supervivencia de roedores, lo que se tradujo en mayores observaciones, tanto de animales vivos como muertos, y sus rastros (ver fotos).



Esta primavera y verano fue un poco más húmedo que los años anteriores, por lo que la profusión de setas estaba asegurada (ver fotos).



Sin embargo, la cosecha de frutos fue muy escasa. Este año no hay serbales, pocas cerezas, bellotas o manzanas, y apenas hayucos (ver fotos). De avellanas no está mal, como comprobamos con un excremento de oso repleto de ellas (ver fotos).




Para las aves parece que fue buen año de cría, por la observación de jóvenes y la alta tasa de ocupación de las cajas-nido (90 %; ver fotos).


En primavera colaboramos con una investigación del CSIC sobre enfermedades emergentes en anfibios, recogiendo muestras de tritones palmeados y renacuajos de sapo partero (ver foto).

De reptiles, vimos por primera vez al lagarto verdinegro allí arriba, así como juveniles de lagartija de turbera y de lución (ver foto).

En las charcas hubo explosión de vida invertebrada, sobre todo pulgas de agua (ver foto). Pero esta temporada tuvimos poca emergencia de libélulas (ver foto).


Seguimos encontrando rastros de lobo. El corzo está sustituyendo al jabalí como su presa principal (ver foto).

Como años anteriores, en septiembre vemos paso al sur de licénidos (ver foto). Otra curiosidad de este mes es que volvemos a ver flores de prímula (ver foto).